por Pascal Hansens y Georgios Kostakos
El doctor van Laarhoven es un ciudadano holandés que lleva desde 2007 al frente de la Secretaría General del Benelux. Cuando fue nombrado, los estatutos del Benelux prescribían que el Secretario General tenía que ser de los Países Bajos, el país más grande, debiendo uno de los dos vicesecretarios generales provenir de Bélgica y el otro, de Luxemburgo. El nuevo tratado del Benelux, o “Unión Benelux”, firmado en 2007, ya no contiene esa disposición.
Aun habiendo obtenido su puesto en virtud del antiguo tratado, en una organización cuyo origen se remonta nada menos que a 1944, el doctor van Laarhoven es un jefe de tipo moderno. Ni su formación académica ni su trayectoria profesional pertenecen al campo de la diplomacia, como cabría esperar, sino que es bioquímico y antiguo director de una importante institución médica de los Países Bajos. Su pasión por las relaciones internacionales y la política le condujo a su puesto actual, y él mismo deja entrever que lo que los países miembros del Benelux vieron en él fue el buen gestor que el organismo necesitaba.
Después de ocho años en el cargo, el doctor van Laarhoven puede sentirse orgulloso de encabezar una eficiente organización internacional cuyo personal se compone de 51 miembros y que sólo dispone de un presupuesto de 5 millones de euros para salarios y gastos operativos. Opina que el rendimiento de la organización ha dado totalmente la vuelta al escepticismo que existía en los primeros años del siglo acerca de la utilidad e importancia del Benelux, en vista de una integración europea más amplia.
“La calidad se vende sola”, afirma el doctor van Laarhoven, convencido de que el valor añadido del Benelux resulta ahora evidente en los tres asuntos prioritarios, a saber, unificación de mercados, desarrollo sostenible y justicia e interior. En estas áreas, el Benelux demuestra su valor diariamente a través de reuniones en las que participan desde ministros de primer nivel hasta funcionarios de nivel más técnico de los tres estados miembros –y, ocasionalmente, de países o regiones vecinos–, con el fin de promover proyectos prácticos que mejoren el funcionamiento de la economía y, a fin de cuentas, la vida de las personas.
Así, el Benelux, “la organización internacional más antigua de Bruselas”, sigue sirviendo de “laboratorio” de la Unión Europea, probando, a pequeña escala, planes que, de tener éxito, pueden posteriormente trasladarse al ámbito paneuropeo. En este sentido, el Tratado de Schengen, firmado por los países del Benelux más Francia y Alemania en 1985, supuso un hito. En 1999 fue incorporado al Tratado de Ámsterdam, relativo a la Unión Europea. ¿Cómo realiza su labor esta pequeña organización y cuáles son los planes de futuro de este “laboratorio de la UE”? Nos gustaría saberlo para valorar mejor los logros del Benelux, pero también para prever el futuro de la UE, si ello fuera posible. He aquí algunas de las preguntas que formulamos al doctor van Laarhoven, junto con las respuestas que nos dio.
Katoikos.eu: ¿Cuál es el secreto de su éxito en el restablecimiento de la credibilidad y la utilidad del Benelux ante sus estados miembros?
Dr. van Laarhoven: Nuestros estados miembros ven el valor añadido de todo lo que hacemos, desde ocuparnos de las reuniones ministeriales que los países del Benelux celebran cada año (entre 5 y 10, con diferente número de participantes en función del tema sobre el que se delibere), hasta la colaboración con partes interesadas del sector público, el privado y la sociedad civil, encaminada al reconocimiento genérico de los títulos de educación superior en los tres países, pasando por la mejora del control de enfermedades animales mediante la trazabilidad del ganado más allá de las fronteras; por el ajuste de las normas de transporte de modo que los contenedores marítimos puedan circular en los tres países; por el establecimiento de un mercado unificado de residuos en todo el Benelux, o por ocuparnos del amaño de encuentros deportivos. Estamos en todo ello para ayudar de forma modesta y pragmática, reuniendo a las personas adecuadas y ayudándolas a alcanzar un consenso. A partir de ese momento, de ellos depende la puesta en práctica mediante la legislación que promulguen en sus respectivos países y los mecanismos de ejecución que establezcan, aunque nosotros vigilemos tales procesos.
Katoikos.eu: En cuanto a las actividades especialmente relacionadas con la sostenibilidad, que es uno de sus campos temáticos prioritarios, ¿qué cosas concretas hacen ustedes, por ejemplo, en relación con el cambio climático?
Dr. van Laarhoven: En lo relativo al clima, ayudamos a nuestros estados miembros a hallar el modo de poner en práctica los objetivos adoptados por la UE, que prevén una reducción del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero respecto de los niveles de los años noventa, así como un incremento del 20% en la eficiencia energética, y que en 2020 la combinación energética contenga un 20% de energías renovables (objetivos “20-20-20”). Llevarlo a la práctica supone todo un reto. También trabajamos en la reducción de emisiones de CO2 en las ciudades, ocasionadas por un aislamiento defectuoso de los edificios antiguos.
El Benelux es claramente un organismo intergubernamental, no uno legislativo como la UE
Katoikos.eu: En el pasado, el Benelux ha demostrado efectivamente que sirve de laboratorio de buenas prácticas para el proyecto europeo –que es más amplio–, probando nuevas cosas que posteriormente pueden ser trasladadas, a mayor escala, al nivel de la UE. ¿En qué proyectos semejantes están ustedes trabajando que podríamos ver puestos en práctica en la UE dentro de pocos años? ¿Incluyen un ejército común y acuerdos defensivos, algo de lo que se ha hablado mucho recientemente en la UE?
Dr. van Laarhoven: Permítame empezar diciendo que las cuestiones de alta política, como la defensa común, quedan fuera del ámbito de cooperación de nuestros países, tal y como éste queda definido en el tratado del Benelux. El Benelux es claramente un organismo intergubernamental, no uno legislativo como la UE. La cultura está igualmente excluida de nuestro ámbito. Somos una institución funcional con un evidente centro de atención [las tres áreas temáticas anteriormente mencionadas en la introducción] que no incluye la defensa ni cuestiones semejantes. Entre los proyectos en los que actualmente estamos trabajando, puede que vean ustedes reproducida en la UE en los próximos cinco años nuestra cooperación policial transfronteriza, un sistema común de inspección de carreteras, el reconocimiento eléctrico de vehículos y, naturalmente, la eliminación del servicio itinerante de teléfonos móviles [lo que se conoce como “roaming”]. Entre los proyectos de los que hemos sido pioneros en el pasado, figura la cooperación energética, que ha llevado a la creación de una red interconectada entre los países del Benelux, que también incluye a Francia, Alemania, Austria y Suiza, ésta como observadora. Y que fue el precedente de la Unión de la Energía recientemente anunciada por la Comisión Europea.
Katoikos.eu: ¿Cuál es su papel como Secretario General? ¿Coincide con el papel de Presidente de la Comisión Europea en el ámbito más reducido del Benelux?
Dr. van Laarhoven: Yo no desempeño el cargo supremo de una importante burocracia internacional, como sí hace el Presidente Juncker. Mi papel es el de un coordinador funcional y solucionador de problemas entre los estados miembros del Benelux. Conociendo mis limitaciones personales y las de mi cargo, tengo el derecho de emprender iniciativas, de identificar problemas –informando de ellos a los estados miembros–, y de ayudar a alcanzar consenso sobre la forma de hacerles frente. Para todo esto, colaboro muy estrechamente con los dos Vicesecretarios Generales, con quienes tengo un reparto informal de áreas temáticas, aunque decidamos todas las cuestiones conjuntamente. Ayudamos a preparar las reuniones ministeriales hablando con funcionarios y otros sectores interesados de todas las partes y encontrando un compromiso justo que, entonces, es aprobado por los ministros.
Katoikos.eu: La evasión y el fraude fiscales son actualmente cuestiones de gran importancia para la UE. Los Países Bajos, Bélgica y, sobre todo, Luxemburgo, son frecuentemente acusados de ser paraísos fiscales. ¿Qué hace el Benelux para abordar estos problemas?
Dr. van Laarhoven: Nosotros nos ocupamos de las cuestiones relativas al fraude, pero no tenemos voz ni voto en la legislación fiscal, ya que ésta pertenece a la esfera política. El Benelux ha desarrollado un sistema de análisis de redes sociales que conecta bases de datos ya existentes y ayuda a rastrear actividades fiscales sospechosas. El procedimiento ha sido presentado por el Benelux a los demás estados miembros, hallándose actualmente en fase de elaboración un estudio piloto en el que participan otros cinco estados miembros de la UE. Este sistema contribuirá a combatir el fraude fiscal; por ejemplo, el uso de transacciones transfronterizas para evitar el pago del IVA. Cuando demos a conocer este tipo de proyecto, la reacción inicial puede ser que resultará demasiado difícil ponerlo en práctica o que no tiene una envergadura importante que justifique un esfuerzo especial. Sin embargo, cuando investigamos la magnitud del fraude empresarial mediante anuncios falsos, etc., se calculó que el coste de dicho fraude asciende a aproximadamente mil millones de euros. Eso atrajo la atención de los estados miembros, que acabaron firmando una declaración y están inmersos en su puesta en práctica.
Katoikos.eu: En los últimos años, la UE ha estado atravesando una crisis de legitimidad, con un señalado aumento del número de ciudadanos euroescépticos. ¿Existe un fenómeno semejante respecto del Benelux?
Dr. van Laarhoven: En este momento, en el Benelux no hay un problema de legitimidad equivalente al que afecta a la UE. Nadie pone en duda la necesidad y utilidad de nuestra existencia. Hace un par de años, el Benelux fue objeto de criticas en el parlamento de los Países Bajos. Nos tomamos los asuntos en serio, suponiendo que sean auténticos, y les damos respuesta en la práctica, orientándonos a los resultados. Ahora somos más conscientes de la necesidad de explicar nuestro trabajo mediante las relaciones públicas y una mayor visibilidad. En consecuencia, tenemos actualmente el “problema” contrario de que sean los gobiernos los que nos pidan que nos involucremos en más esferas, como la ciberseguridad y la movilidad del transporte.
Los Países Bajos tienen sólo 16 millones de habitantes y el Benelux en su conjunto, 28 millones. ¿Qué es este número si lo comparamos con Estados Unidos o China? Por eso necesitamos una sólida cooperación pero con un claro objetivo.
Katoikos.eu: La situación política actual parece estar a favor del Benelux. Para empezar, Jean-Claude Juncker, el Presidente de la Comisión Europea, es de Luxemburgo, uno de sus estados miembros. ¿Cree usted que su destacado puesto actual es un activo para reforzar la voz del Benelux en los ámbitos europeo e internacional? En segundo lugar, los tres estados miembros del Benelux están actualmente gobernados por partidos liberales. ¿Contribuye esta configuración política a reforzar la cooperación dentro del Benelux?
Dr. van Laarhoven: Como Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker representa, primero y principal, los intereses de la UE, y , en consecuencia, actúa según este principio fundamental. No hay discriminación a nuestro favor y trata con equidad a todos los países de la UE. Ahora bien, el hecho de que los tres países estén actualmente gobernados por dirigentes de tendencias políticas semejantes, nos permite lograr una cooperación más sólida. No sólo por motivos políticos. Los dirigentes pertenecen a la misma generación y se conocen mutuamente, lo que facilita nuestro trabajo en gran manera.
Katoikos.eu: En su opinión, ¿cuáles son los principales retos a los que el Benelux tendrá que hacer frente en el futuro, y cuál sería la mejor forma de abordarlos?
Dr. van Laarhoven: La futurología nunca ha sido mi fuerte. “Benelux” es una palabra que todos conocen, pero son pocos lo que efectivamente la asocian con una estructura y organización físicas. Ésta es una cuestión de visibilidad. Necesitamos transmitir; por eso he contratado recientemente a un especialista en relaciones públicas y comunicaciones. Dicho esto, tengo la sensación de que la cooperación entre nuestros tres estados miembros va a incrementarse. Me he dado cuenta, efectivamente, de que algunos políticos que anteriormente criticaban a nuestra organización han cambiado de parecer al haberse dado cuenta de que somos eficientes y de que estamos orientados a los resultados. ¿Qué somos si actuamos por separado? Los Países Bajos tienen sólo 16 millones de habitantes y el Benelux en su conjunto, 28 millones. ¿Qué es este número si lo comparamos con Estados Unidos o China? Por eso necesitamos una sólida cooperación pero con un claro objetivo.
Para abordar los retos que nos aguardan, necesitamos, en primer lugar, demostrar que podemos lograr resultados concretos. Aunque tengamos un presupuesto reducido, aportamos un sólido valor añadido; por ejemplo, en la lucha contra la evasión y el fraude fiscales. En segundo lugar, no nos inmiscuimos en campos en los que los organismos nacionales serían más eficientes, de acuerdo con el principio de subsidiaridad.
Katoikos.eu: ¿Cómo describiría usted su legado como Secretario General del Benelux?
Dr. van Laarhoven: He utilizado mi experiencia en la dirección para remodelar la organización e incrementar su eficiencia y productividad, dentro de las restricciones impuestas por los recortes presupuestarios de los gobiernos. También he ayudado a la organización a centrarse en las áreas en las que cuenta con un claro valor añadido. Creo que ahora disponemos de una organización más visible, ampliamente respetada y orientada a resultados, que está bien equipada para afrontar con éxito el segundo medio siglo de su existencia.
El Secretario General de Benelux con Katoikos.eu
The editorial team of Katoikos
