Antonino Nieto Rodríguez, en clave literaria, comparte este texto de reflexión con nosotros:
desmemoria
analfabetización
infantilismo
he ahí las tres dimensiones constructivas del servilismo actual
y la mujer como escusa
y las leyes de igualdad y de delitos de odio y la hacienda universal como horma para un feroz y peor descuartizamiento del una vez nacido humano
el vientre de la palabra?
el silencio!
si la mujer no va a la guerra – o no iba o pudiera no ir- que el hombre no vaya – o pueda no ir-
yo he sido amo de casa: lo prefiero
a la igualdad por lo mejor
habrá, entonces, que decidir qué es lo mejor
o abrimos las manos y permitimos que lo mejor sea lo que cada cual decida: sin prejuicios, sin servidumbres?
1ª carcajada:
no todo lo que el hombre hace es positivo y liberador, ni todo lo que la mujer realiza –con las necesidades básicas cubiertas- es negativo y esclavizante. ni en su total contrario
2ª carcajada:
a qué viene tanto interés en considerar que la igualdad se dará sólo en el caso de que la mujer acceda en igualdad de condiciones a lo que el hombre hace?
por qué no también al revés?
es que acaso el hombre no es esclavo y sólo en su delirio puede palparse dueño de su tiempo y su cuerpo y sus pensamientos?
pornografía dura las subidas de la luz y el gas,
la expropiación impositiva,
los bendecidos salarios de miseria…
esas alegrías, entre otras, constituyen, a día de hoy, los salones del sexo
la inversión es clara: lo que llamábamos sexo ha pasado de disfrute a servidumbre, y el trabajo y sus miserias cada vez más enormes, de castigo a privilegio, regalo: poderío
y el selfie, el autoaplauso, como espía infiltrado en el desasosiego feliz de uno contra sí mismo. nada que objetar. allá cada cual con sus festejos
agujeros negros?
si hasta la coherencia forma parte del negocio
tiempo, cuerpo y pensamiento… la costra que nos articula vivos, ya sabes, dependientes, al servicio… eso quieren las mujeres? la esclavitud como panacea?
es que el hombre es libre en su trabajo?
por mucho que nos machaquen con esa espada… el trabajo, en el mejor de los casos es castigo y amplifica la putrefacción como alimento
otras rosas son posibles
si la mujer no iba a la guerra… que no vaya el hombre
si la mujer no bajaba a la mina… que no baje el hombre
en cualquier caso tú decides: tú y no las circunstancias que siempre son padre y madre de las coartadas más perversas
hablo de la muerte y sus dictados
hablo del deterioro imparable de lo alcanzado: de la alegría, incluso, de ser esclavos
en ello estamos.
nos quieren, y nosotros cómplices lo celebramos, igualar por lo peor: trabajo, sometimiento, inutilidad… nada de placer, nada de dueños del propio tiempo, nada de vaguería
insisto:
antes inútiles que vagos
antes obedientes que libres
antes sodomizados y esclavos que propietarios, sí, dueños del propio cuerpo: de sus potencias y singularidades
y qué es eso de ser dueño
y qué es eso de ser libre
y qué es eso de ser vago holgazán inocente, sí, inocente contra toda imposición, ley o destierro?
lo que te pide el cuerpo, lo que de alimento te da el alma, lo que en ti desnuda a la dictatorial, vengativa, generosa naturaleza
no es frío, es el carnaval de la decencia y esta su jerarquía de valores:
primero el mercado
después el sistema
a continuación el lenguaje
le siguen los otros
y aún antes que tú la basura
no es frío, es el carnaval de la decencia y esta la prisión que te atesora muestra de la rendición al alza que te escuela vivo
tú
contra ti
tú lo último en el singular timo de la resistencia
y con esto y mucho menos nos conformamos y hasta nos rendimos felices: con la putrefacta ficción de la primavera
para no empezar nunca
la moneda, el daño
hacer daño el alma o hálito que vertebra a la moneda
la ley el daño mismo
montañas de escombros, traduce escombros por normas, artículos, interpretaciones, papeleos, defunciones, registros, tasas, bien común, impuestos… vigilando lo que en ti esconde lo que nunca has sido: libre.
la libertad como escoba contra todo aquello que en ti tiembla, vive, respira: la libertad, sí, sí, contra todo aquello que no te da nombre y en ti, no siendo, disfruta
y así, comiéndonos a nosotros mismos, ahogándonos unos a otros, matamorfoseándonos en masa, ditritus, levadura… cosechamos altivos la peor y más grande alegría que el grito supura: conformar el cuerpo de la pesadilla que nos vence no hijos: rincón del fuego que nos administra
en esa soledad
habrá un directorio que sentenciará que todo esto es falso?
prohibirán la poesía, el arte, el futuro, cualquier consuelo que nos admita vivos?
nos impondrán la propaganda, la publicidad como receta contra la miseria, la imposición y la servidumbre?
prohibirán el arte, y ya en tal paraíso incluso la palabra. dirán que porque no se corresponden (o desnudan o… ) con los datos que, voraces e indigestos, nos imponen para nuestro peor suicidio
los datos, el cuerpo del delirio
el delirio, solárium que nos invierte en cuenta de resultados
salvadores nos persiguen y perseguirán por tierra, mar y aire: se quieren no vivos, verdugos
nada que el significado no embargue
piedras?
arte!
la naturaleza en plena representación
para empezar
para sentirnos dueños del renglón de la barbarie que nos administra, lo penúltimo, el servicio militar de nuevo obligatorio. lo antepenúltimo, por el bien de la humanidad ya ni tu cuerpo te pertenece: no serás donante, serás propiedad, ya lo eres, de los mismos que, también por tu bien, te expropian tiempo y salud y demás rémoras. lo antepenúltimo de lo antepenúltimo, cuidado con la historia, olvida que estás vivo… que Polonia no colaboró con las nazis? pues claro que no… la verdad obstruye la natural evacuación de los residuos. bendita sea entonces. no es Francia, no es Holanda, no es Polonia, no es España, no es Europa… o sí: las mismas manos de los pocos asfixiando a los muchos
y por qué se dejan los muchos?
porque cada uno –yo, tú él, nosotros- va a lo suyo: porque el miedo, la posibilidad, la condena… nos tritura y catapulta sueño innegociable del dolor, la representación y la muerte. y eso nos da un nombre…
por eso mordemos y laminamos y rompemos la lengua que puebla a los sentidos
es teatro
representamos lo imposible por si en el nunca respirásemos no vivos
ajenos a cuanto en la consecuencia nos escupe precisión o alimento o hijos de la basura: porción de la nada en busca del corazón del grito
y así todos los números el mismo número
misterio o ministerio?
por nuestro bien, siempre por nuestro bien, nos impondrán, es simple,
pensamientos, obras y omisiones
y así el progreso es hoy sumisión
y la rebeldía,
el patas arriba la fe, la miseria, el desconsuelo…
es hoy la sed que crece a las cadenas:
la pureza del progreso en su máximo esplendor
Antonino Nieto Rodríguez
Madrid 28-2-2018